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Noviembre 12, 2010
NOVIEMBRE 2010, No. 260

Mis sexenios (32)

José Guadalupe Robledo Guerrero.

El primer año de la Presidencia de CSG
Durante el sexenio de Salinas de Gortari, mis encuentros con Hugo Andrés Araujo fueron constantes, viajaba a la ciudad de México cada 15 días, pues quería estar informado de los proyectos y acciones que desarrollaba el salinismo, y de las críticas que le hacían sus adversarios. El Distrito Federal siempre ha sido la caja de resonancia de la política nacional.

A finales de mayo de 1989, la revista Proceso publicó un reportaje firmado por Pascal Beltrán del Río y el corresponsal de la agencia SIP, Antonio Jácques, donde señalaban: “Batopilas, el ejido consentido de Salinas, productor de droga”. El reportaje era una más de las mentiras que se publicaban en contra de los amigos “comunistas” del Presidente.

En esa ocasión Araujo me dijo: “Tú sabes que esto es una difamación, nuestro compas se dedican a sembrar alimentos, no marihuana”. Y me hizo una pregunta inductiva: “¿Por qué no vas a La Laguna y haces un reportaje objetivo sobre los esfuerzos productivos de Batopilas y su organización”. Ya para ese entonces, los indignados batopilenses habían ido a la redacción de los periódicos laguneros a desmentir las acusaciones que les hacía Proceso.

Me pareció una buena idea y me puse en contacto con Gerardo Hernández “El Rojo”, Comisario ejidal de Batopilas y quien tiempo después se convertiría en Diputado Federal. Yo conocía Batopilas. Algunas veces había estado allí cuando militaba en Línea de Masas, por eso no tuve problemas de identificación con ellos. “El Rojo” citó a Asamblea General para que yo realizara mi trabajo periodístico directamente con los protagonistas: los ejidatarios. Los batopilenses, además de organizados, unidos y laboriosos, son gente politizada y disciplinada, y con un calor de 40 grados a la sombra, realicé una entrevista colectiva que publiqué en El Periódico... en dos partes, y recorrí los sembradíos y las agroindustrias de los batopilenses.

El reportaje lo titulé: Batopilas, respuesta y argumentos, y en la primera parte los ejidatarios respondieron a las acusaciones: “En Batopilas sembramos sandía, melón, alfalfa, maíz, algodón, vid y trigo, pero no marihuana”. “El progreso de Batopilas es producto del esfuerzo colectivo, y no de nuestra relación con el Presidente”. “Cerca de aquí se encontró un sembradío de marihuana, pero no fue en Batopilas”. “Algunos líderes agrarios no nos quieren porque exigimos cuentas claras y no nos gusta que nos roben”.

En la segunda parte hablaron de su relación con el Presidente y de sus circunstancias: “Cuando gestionábamos la tierra en la ciudad de México, Carlos Salinas nos daba albergue en su casa”. “Después de conseguir la tierra, se programó tener una escuela, una vivienda digna y los servicios a que todos tenemos derecho”. “A Batopilas se le ha atacado, porque queremos que las cosas cambien”. “El problema principal de Batopilas es la escacez de agua para regadío”. “El año pasado ganamos el primer lugar en producción de leche en un concurso que hizo la SARH”.

Los batopilenses sabían que la información mentirosa sobre ellos tenía la intención de molestar al Presidente Salinas, por eso hicieron énfasis en la relación que mantenían con Salinas de Gortari, la cual había iniciado desde 1976 al comienzo de la lucha por la tierra en Batopilas, y no con su candidatura presidencial.

Además de la siembra de alimentos y forrajes, los batopilenses atendían una granja de pollos, un establo de vacas lecheras y acariciaban el proyecto de crear una carpintería y una fábrica de ropa para darle empleo a las mujeres del ejido. Batopilas tenía una dotación de 425 hectáreas, supuestamente de riego, pero sólo sembraban 200 hectáreas por falta de agua.

Acompañado por los dirigentes del ejido recorrí Batopilas, reseñé la laboriosidad colectiva de los batopilenses, su organización productiva y sus deseos de progreso. Platiqué con los responsables de las agroindustrias y quedé convencido, nuevamente, del orgullo que sienten los batopilenses por su esfuerzo y lucha colectiva. Mi reportaje fue publicado en otros diarios. En Excelsior se publicó precisamente cuando el Presidente Salinas visitaba Coahuila (21-23 de septiembre). Mi contribución solidaria fue satisfactoria, había logrado retratar fielmente lo que era Batopilas para La Laguna: un ejido productivo, que no necesitaba sembrar marihuana para ser exitoso.

Un día antes del día de la Libertad de Expresión, el 6 de junio, un grupo de cardenistas encabezados por el entonces diputado federal Francisco Navarro Montenegro eran agredidos en la Plaza de Armas por un comando de seguridad pública cuando los cardenistas quisieron entrar al Palacio de Gobierno a solicitar una entrevista con Mendoza Berrueto para plantearle sus problemas y necesidades. La respuesta fue la represión, en donde salió golpeado Navarro Montenegro y cuatro de sus seguidores.

El 17 de junio, Hugo Andrés Araujo vino a Saltillo a una reunión donde se hizo un bosquejo del Plan Nueva Laguna, y del 19 al 21 Carlos Rojas (¿Subsecretario de la Sedesol?) visitaba Torreón y luego Saltillo con la misma encomienda. Una vez elaborado, el mencionado plan de rehabilitación de la Región Lagunera sería presentado al Presidente Salinas para su aprobación.

Por aquellos días, el Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, le decía al periodista hispano Perfecto Conde de la influyente revista española Tiempo, que la modernización de México se llevaría a cabo a través de la conciliación y la negociación, y argumentaba: “La Revolución Mexicana ha tenido la virtud de adaptarse al ritmo de los tiempos”.

Para la edición del primer aniversario de El Periódico... entrevisté a Aldegundo Garza de León, “Don Avegundo” como le decía por su afición a coleccionar aves. Lo había conocido cuando escribía en El Sol del Norte e iniciamos una relación amistosa en torno a la naturaleza. Aldegundo había sido cazador de piezas grandes, incluso tenía un premio mundial por haber cazado un jaguar de gran tamaño que estaba en un lugar preferencial de su colección. Recuerdo que cuando vi por primera vez aquel poderoso animal, le pregunté: ¿Qué sentiste cuando lo tuviste en la mira de tu rifle? “Respeto, me dijo, ese animal no tuvo miedo cuando me vio, hasta sentí que despreciaba mi presencia”.

Visité su colección de aves en innumerables ocasiones, incluso me convertí en difusor de su valioso tesoro. Alguna ocasión le presenté al periodista Alvarado, que tenía un programa dominical “Cosas de Alvarado” en la televisión regiomontana. Aldegundo fue invitado una serie de veces a su programa para hablar de las aves y de su colección, y lo acompañé un par de ocasiones.

Desde El Sol del Norte había insistido que la colección de aves de Aldegundo Garza debía convertirse en un museo, incluso propuse un lugar para su instalación: donde había estado el Colegio de San Juan, posteriomente el Congreso del Estado y luego la Comisión Agraria Mixta y la Policía Judicial, es decir donde está se encuentra ahora el Museo de las Aves.

En aquella entrevista Aldegundo me regaló una frase: “Dios siempre perdona, el hombre a veces lo hace, pero la naturaleza nunca perdona”. Aldegundo dijo cosas que demostraban su conocimiento de la madre naturaleza: “En la niñez y en la juventud es donde se puede promover una nueva actitud ante la naturaleza”. “La naturaleza es el más fiel exponente del equilibrio y la armonía”. “El hombre es el único que trastorna el estado de perfección natural”. “Epidemias como el Sida nunca se darán entre los animales”.

Aldegundo era renuente a dejarle al gobierno su querida colección de seres alados, y argumentaba: “Imaginate que un día a una señora importante le guste la arpía (águila de la selva alta del sureste mexicano que come monos) para adornar la sala de su casa, con seguridad se la regalaban para quedar bien”. A principios del gobierno de Rogelio Montemayor, el Museo de las Aves se hizo realidad en el mismo lugar que habíamos propuesto. Y Aldegundo, además de conseguir una buena chamba, continúa cuidando su tesoro como Presidente del Patronato de dicho Museo. Y como siempre sucede, nunca se supo cuánto pagó el gobierno estatal por la colección de aves.

En julio las cúpulas empresariales de Saltillo, comandadas por los poderosos López del Bosque (propietarios del GIS) entraban en desavenencias con el gobernador Mendoza Berrueto. Los motivos del desencuentro fueron: 1.- La negativa del EMB de decretar por segunda ocasión el horario de verano. 2.- El problema interno que surgió en la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), cuando la unidad Torreón de esa Universidad decidió separarse para crear la Universidad Autónoma de La Laguna y el Estado les dio el reconocimiento legal. 3.- El cumpliento de lo dispuesto en la Ley Federal de Derechos, que incrementaba el pago de agua a los particulares que explotaban los mantos acuíferos. Todo esto fue considerado como una agresión gubernamental a los intereses empresariales.

Los desacuerdos entre EMB y los empresarios saltillenses contaminaron sus relaciones políticas, sobre todo porque Mendoza Berrueto era visto como un político cercano, incluso del establo, de los López del Bosque, quienes en ese entonces hacían gala de un gran poder, no sólo decidían el desarrollo de Saltillo, también escogían a quienes serían las reinas del Campestre y del Casino Saltillo. Eran los modernos hacendados.

En la política nacional dos cuestiones acaparaban la atención de los medios de comunicación: La renegociación de la deuda externa y la presión que estaba ejerciendo la jerarquía católica (cardenales, obispos y arzobispos) para que se reformara el Artículo 130 de la Constitución, a fin de que el gobierno reconociera la actividad política de los sacerdotes. Los jerarcas católicos, aprovechando una próxima visita a México del papa Juan Pablo II, presionaban al gobierno salinista, encabezados por el tristemente célebre delegado del Vaticano, Jerónimo Prigione. Otra vez, el Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, contestó por órdenes presidenciales: “El Artículo 130 constitucional no se modificará”.

En agosto, la CNC renovó su dirigencia nacional. El senador duranguense, Maximino Silerio Esparza se hizo cargo de la Secretaría General, y Hugo Andrés Araujo se convertiría en Secretario de Organización, segundo cargo de importancia en la Confederación Nacional Campesina. Hugo Andrés esperaría dos años más para dirigir la CNC, lo cual no le hacía falta, pues su cercanía con el Presidente Salinas le daba una importancia política más allá de los puestos públicos o políticos.

Para estas fechas, el Plan Nueva Laguna se había convertido en la panacea de la que los comunicólogos hablaban sin conocimiento de causa. Se decía que dicho plan presidencial derramaría grandes inversiones públicas en la Región Lagunera, sin embargo, el famoso plan ni siquiera existía. El proyecto del Plan Nueva Laguna lo había hecho Salinas de Gortari en forma de convocatoria, para que fueran los propios laguneros los que se involucraran en el estudio de sus problemas e hicieran propuestas para resolverlos, de tal forma que diseñaran un nuevo modelo económico que reconstruyera la Región Lagunera y asegurara el bienestar de sus habitantes. En esa etapa estaba el plan y ya todos esperaban las grandes inversiones del gobierno federal.

A mitad de agosto, Mendoza Berrueto relevó de la Secretaría Particular al “Poder tras el trono”, Roberto Orozco Melo, y en sustitución nombró a Rául Felipe Garza Serna, quien ya para entonces se había metido en los afectos cercanos del gobernador. Salvo Francisco Navarro Montenegro y Jaime Martínez Veloz, a nadie más escuché que lamentara el despido de Orozco Melo, al contrario, la mayoría lo festejó.

A finales de agosto publiqué una entrevista del Coordinador de la Unidad Torreón de la UAC, Salvador Hernández Vélez, quien había sido uno de los dirigentes de Línea de Masas cuando milité en esa organización. En ese momento, Salvador estaba enfrascado en desterrar el porrismo de la Unidad torreonense, pero hablamos de la política salinista que él bien conocía.

En la entrevista, Hernández Vélez puso énfasis en los asuntos de su Región: “El Plan Nueva Laguna debe ser el que elaboren los propios laguneros”. “Se deben combatir los problemas fundamentales: el del agua y el de la corrupción”. “No creo que la creación del Estado de La Laguna solucione los problemas de la Región”. “El Presidente concertará acciones con los grupos sociales sin intermediarios”.

Pero a pesar de la claridad con que se exponían las cuestiones importantes del salinismo gobernante, ningún político coahuilense se interesaba por analizarlas. Lo aldeano les impedía ver que para bien o para mal, el salinismo cambiaría a México. En Coahuila, los medios de comunicación insistían -como lo han hecho siempre- en criticar al Presidente en turno y en halagar hasta la saciedad al gobernador en funciones. Esa práctica se hace en todo el país, por eso los gobernadores son los caciques de su Estado.

En Saltillo el asunto del llamado Centro Histórico cobraba notoriedad con la ocurrencia de Mendoza Berrueto de crear la Plaza Tlaxcalteca, precisamente atrás de Palacio de Gobierno. Para realizar su “magna obra”, Eliseo se gastó tres mil millones de pesos (de aquellos) para expropiar los negocios que había en ese lugar, entre ellos los restaurantes Arcasa y Las Playas, lugar de reunión de periodistas y de Casiano Campos. Y luego gastaría otra millonaria cantidad en construir el estacionamiento subterráneo del Palacio de Gobierno, cuya Plaza Tlaxcalteca le sirve de techo y adorno.

Para entonces, Elba Esther Gordillo Morales, hoy poderosísima líder moral del SNTE, comenzaba a ser nombrada en la política nacional. En los primeros meses de su primer año de gobierno, Salinas de Gortari había sacado de la dirección nacional del SNTE a Carlos Jonguitud Barrios, líder de la Vanguardia Revolucionaria del magisterio y quien había llegado al liderazgo de los trabajadores de la educación a través de expulsar violentamente de la dirección sindical a otro de sus iguales: Sánchez Vite.

Para sacar a Jonguitud de la dirigencia del SNTE, Salinas no requirió hacer uso de la fuerza, pues luego del encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y de otros ambiciosos como el financiero Legorreta, el resto de los dirigentes sindicales optaron por hacerle caso a los deseos presidenciales sin socarronerías.

A decir verdad, conocí a Elba Esther Gordillo gracias al profesor Valentín Martínez Huerta que escribía en El Periódico... la columna De Perfil, en donde a finales de agosto nos puso al tanto sobre el personaje: “El 6 de febrero de 1945 en Comitán de las Flores, Chiapas, Estela Morales, maestra de primaria, daba luz a Elba Esther. Su padre, Daniel Gordillo era agente de tránsito en el Distrito Federal. Un año más tarde nació Martha, su única hermana. Elba Esther comenzó su carrera magisterial a los 15 años como alfabetizadora e inició sus estudios en el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio. La hoy lideresa del SNTE se casó a los 17 años de edad con el profesor Arturo Montelongo. De esa unión nació Maricruz, Licenciada en Administración Pública. Pronto Elba Esther quedó viuda, el marido murió de un mal hepático. Desorientada y sin saber qué hacer, se entronizó en los acalorados debates políticos con los maestros rurales de Chiapas. Se metió en círculos trotskistas y en su trabajo como maestra en Netzahualcóyotl, Estado de México, empezó a afilar sus uñas como luchadora sindical. Vuelta a casar ahora con el Contador Francisco Arreola, años más tarde se divorciaron, con él procreó a Mónica (nacida en 1973). La hoy líder de los maestros se volvió la paja en el ojo y la astilla bajo la uña de los dirigentes del SNTE. Aparece Carlos Jonguitud, según la leyenda, un día cansado de oir a la aguerrida y agresiva dirigente de segunda línea, ordenó: “tráiganme a esa p... flaca”. Los vanguardista dicen que una plática en privado y unas palmadas convirtieron a la disidente fémina en aliada incondicional, y hasta circuló el rumor que la hizo su amante”. Hasta aquí el profe Valentín Martínez Huerta.

El 21 de septiembre en Saltillo, el Presidente Salinas presidió un acto de colonos organizado por el Director del Programa Estatal “Vivamos Mejor”, Jaime Martínez Veloz, la mayoría de los acarreados al evento “priista” eran del Partido del Frente Cardenista, que 15 meses antes habían votado por Cuauhtémoc Cárdenas y habían festejado la agresión que le hicieron en San Pedro de las Colonias al entonces candidato presidencial Salinas de Gortari.

Pero estos eran otros tiempos, hacía pocos días Navarro Montenegro había encontrado las palabras justas para pedirle perdón al Presidente Salinas, luego de que Jacobo Zabludowski lo denunciara en su noticiero “24 Horas” como el agresor de Salinas en La Laguna. Por su parte, Martínez Veloz era parte del gabinete de EMB, y aprovechando su posición se había ligado a Carlos Rojas Gutiérrez, quien desde entonces se convirtió en uno de sus protectores y mecenas.

En el acto organizado por Martínez Veloz, las masas acarreadas del PRI brillaron por su ausencia, sólo las liderezas priistas estuvieron presentes seguramente para no perder sus canonjías. El lugar del evento: el Fraccionamiento San José, se llenó de banderas rojas, pero les prohibieron llevar logotipos que identificaran a partidos. Los cardenistas se quedaron afónicos de tantas porras y vivas que le lanzaron a Salinas de Gortari, hasta parecía de verdad el entusiasmo que mostraban, pero era sólo politiquería para obtener dádivas del gobierno. Aún así los fotógrafos de prensa se dieron vuelo tomando esos instantes que nunca se volverían a repetir.

El Presidente del PRI estatal, Arturo Berrueto González, no asistió al evento donde el Presidente priista era vitoreado por los cardenistas. Esto anunciaba que para ABG el ciclo había terminado, ya no sería el cogobernador ni el más influyente consejero con su primo Eliseo Mendoza, quien ya para ese entonces tenía a otros mucho más jóvenes que cogobernarían el Estado con él. Por su parte, Salinas de Gortari impulsó en Coahuila a tres personajes para que operaran sus proyectos regionalmente: a Rogelio Montemayor en Piedras Negras, la región de los cinco manantiales, la zona centro y el sureste del Estado; a Hugo Andrés Araujo en La Laguna y a Evaristo Pérez Arreola en el municipio de Acuña.

(Continuará).
El primer año de la Presidencia de CSG...

 
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